Cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador y lo hacemos el Señor de nuestra vida, el Espíritu Santo viene y vive dentro de nosotros y nos guiará y nos ayudará a entender la palabra de Dios. Debido a esa ayuda, podemos hacernos más parecidos a Jesús y demostrar los dones del Espíritu.
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Amén, gracias por el mensaje.